sábado, 19 de junio de 2010

4:56 p.m.

Era extraño. Darcy no había tenido mayores problemas para reintegrarse a su mundo-tiempo convencional. Después de los ataques, había vuelto al trabajo normalmente como habían vuelto todos después de las vacaciones del verano y no tuvo problemas en seguir socializando como siempre lo había hecho. Lo mismo había sucedido con su grupo de amigos en las clases de cocina y con su entrenador en el gimnasio. Con su familia ni hablar. Darcy los sentía más cerca, aunque ellos vivían en Connecticut. Todos los días llamaba a su madre y se ponía correos electrónicos con su padre. Darcy recuperó la noción del tiempo y del espacio. Nunca tuvo problemas con las calles de Nueva York. 

Pero lo que había pasado con Rudovic no tenía parangón. Ella no lo reconoció en los días post-ataque. No sabía quién era y hasta le caía mal cuando éste entraba y salía de su apartamento como Pedro por su casa. Rudovic había tenido que empezar desde cero entonces. Le llevaba flores y la invitaba a pasear por los muelles de Hudson River, las dos cosas que más le gustaban a Darcy antes del 11 de septiempre. Sin embargo, Darcy había cambiado. Después del 9-11, Darcy decía que lo que más le gustaba era "tomar cerveza en la mañana, ir al cine por la tardes y por la noches  morir  en los muelles del East River ".

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