sábado, 19 de junio de 2010

4:01 p.m.

Aquel viernes, a Darcy tal vez no le apetecía caminar tanto como creía. Aquel viernes, a Darcy le apetecía observar. A Darcy a veces le gustaba montarse en el tren "V" y mirar a los yuppies de midtown. Eran tan diferentes!  Los yuppies de midtown tenían esa cosa de la que adolecían los yuppies de Wall Street, algo que los salpicaba como los copos de nieve a los cristales de los pubs en las navidades blancas. Quizás, era ése el detalle. Que los yuppies de Wall Street  no leían el periódico. Podría ser intrascendente, pero para Darcy era un detalle fundamental. A ella le parecía que los yuppies de midtown leían la sección de finanzas con un real interés, mientras los ejecutivos de Wall Street ni siquiera lo leían. Sólo sostenían el periódico frente a sus narices y posaban de leerlo. Pero no lo leían. Era imposible que alguien se tardara media hora leyendo un párrafo, sin cambiar de página. Cuántas veces a Darcy le había tocado presenciar cómo aquellos ejecutivos jóvenes cabeceaban a las siete de la mañana con un titular de Forbes en el regazo. Era realmente extraño cómo la cultura urbana creaba cofradías de ejecutivos con características tan puntuales. Tendría el lenguaje moderno algún modismo para dicho fenómeno social? Darcy lo dudaba y lo cierto es que las jergas la tenían sin cuidado. Prefería ahorrar su energía y gastarla en esta vitrina de Gucci que estaba mirando ahora.

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